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Arquitectos: Herzog & de Meuron, Sauter von Moos
- Área: 10820 ft²
- Año: 2018
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Fotografías:Max Creasy
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Proveedores: Knauf, Miele, Porcelanosa Grupo, Villeroy & Boch, Arbonia Solutions, Electrolux, Erfurt & Sohn, Falu Vapen, Hans Grohe, Laufen, Silent Gliss, Zehnder
Descripción enviada por el equipo del proyecto. Construida por Heinrich Flügel en 1895, la Villa Hammer es una majestuosa villa neobarroca en el barrio de Kleinbasel, junto a la plaza Wettstein. A pesar de estar catalogada, la residencia estaba completamente deteriorada ya que su último propietario murió y fue víctima de una serie de renovaciones mal ejecutadas que destruyeron gran parte de los interiores originales.
Siguiendo la asignación del cliente, la antigua casa fue renovada suavemente y complementada con una nueva construcción en la parte trasera. Dos estudios de arquitectura, un equipo de Herzog & de Meuron y el dúo de arquitectos Sauter von Moos, en diferentes momentos cedieron sus contribuciones específicas al proyecto, ya que fueron responsables tanto de su diseño como de su ejecución. En cuanto a la rehabilitación de la antigua casa, se ha reapropiado su disposición espacial inicial alrededor de un vestíbulo interior con un hueco de escalera inundado de luz, toda la estructura mejorada climáticamente y adaptada a su nuevo uso como guardería.
Rejuveneciendo también su apariencia exterior, los arquitectos insertaron en el jardín un nuevo volumen de dos pisos de altura que contiene dos departamentos. Esta estructura está cubierta por un amplio techo en voladizo y abraza un jardín protegido.
Su fachada está penetrada por aberturas de gran verticalidad que unifican el volumen y lo relacionan con la escala y lenguaje formal de la casa existente. El departamento de la planta baja recibe a través de su fachada frontal abierta la mayor cantidad de luz natural posible. La gran cocina la estructura internamente.
Descansando arriba, el departamento superior está más encerrado dentro de sus enormes muros, pero el pronunciamiento de los ejes longitudinal y vertical busca agregar una sensación de ampliación a los espacios bastante pequeños.
El conjunto del nuevo edificio y la villa se encuentra en un diálogo crítico: la nueva adición emula lo antiguo, pero también delimita su propia contemporaneidad: lo que antes se hacía en piedra pesada, ahora se hace en madera y acero más ligeros; lo que parece obedecer los principios de un orden centralizado clásico descansa sobre un pedestal desmaterializado; y, como es más tangible en los grandes adornos que envuelven las ventanas, lo que una vez fue esculpido por los canteros ahora adquiere una nueva expresión utilizando tecnologías digitales.